El partido comenzaba nervioso, con muchos fallos y muchas pérdidas en el tramo inicial del primer cuarto. Se ponía por delante el Quesos Cerrato Palencia hasta que el AUTOCID FORD BURGOS remontaba el tanteo para colocarse 12-17 con victoria parcial.
Empezaba el 2º Cuarto bien para los burgaleses, logrando nuestra mayor diferencia antes del descanso (12-19) pero a partir de ahí llegaba los segundas espadas palentinos, Abouo y Barbour machacaban a los burgaleses que hasta el final de cuarto no intentaron despertar para parar la sangría morada. Aún así los palentinos siguieron anotando y anotando para lograr un parcial de 30-12 y llegar con al descanso con una desventaja de 13 puntos (42-29).
El tercer cuarto comenzaba con un parcial de 4-0 para los morados, a Autocid le estaba costando mucho acertar, pero Pep Ortega anotó dos tiros libres para frenar momentáneamente a los de Natxo Lezkano, que volvería a lograr un 2+1 para establecer la máxima diferencia de +18.
El acierto interior de Coppenrath, Ortega y Peña no permitió alejarse más a los de Palencia.
En los instantes finales de cuarto Albert SABAT y Jeff XAVIER anotaban sendos triples que permitían soñar con un último cuarto diferente (61-47).
Volvía a empezar muy fuerte el último cuarto los palentinos, AUTOCID intentaba responder pero los locales se iban marchando más y más en el marcador. Establecían en +23 la nueva diferencia máxima (72-49).
Los burgaleses se dejaron llevar el resto del cuarto pensando ya en el encuentro del domingo, maquillando ligeramente el resultado al final del encuentro (77-62).
Puede ser que los árbitros permitieran un poco de juego duro, pero fueron los palentinos quienes mejor aprovecharon esta circunstancia.
El partido estuvo determinado por el 2º cuarto de los de Palencia (30-12), prueba de ello es que el primer cuarto tuvo color azulón (12-17), mientras que el tercer y cuarto periodo se los llevó Palencia por la mínima (19-18 y 16-15).
Muy buen ambiente en el Marta Domínguez entre las dos aficiones. Unos 300 aficionados burgaleses realizaron el desplazamiento y no dejaron de animar a los azulones. Un síntoma de este buen rollo entre ambas aficiones fue el 'odio' hacia la capital autonómica, con cantos del tipo 'Pucelano el que no bote' y 'P*** pucela, p*** pucela'.
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